La invitación surgió como un eco repetido al infinito, pero esta vez tendría una réplica diferente. Su amiga llegaba con mucho entusiasmo, Luis tomó del bolsillo de su chamarra la pequeña nota que ella le había enviado y leyó como bienvenida: -Existir en una dimensión evidente, oculta; que es de tu dominio o existe encubierta en tu ignorancia- con una sonrisa observó a su amiga diciendo: ¡y tú Angelina, me llamas “Lurias”! pero eres bienvenida como siempre. Cuéntame ahora qué quieres aclarar o enredar según se vea, te escucho. Angelina se dirigió a su amigo con los brazos abiertos, y le dio un fuerte abrazo, se sentó y le dijo emocionada: Otra vez, más preguntas, pero espero con respuestas más afinadas y afines. Recuerdas cuántas veces nos hemos encontrado imaginando la existencia como en un círculo plano, estático, aburrido hasta el cansancio, pero me dijiste que era necesario de recorrer, y en otro momento esa idea la discutimos convertida en una espiral como un vórtice ascendente envuelto en un entorno denso que no permitía vislumbrar el final de un ciclo. Pues ya no más.
Angelina colgó su bolsa en el perchero de madera que le acercó un mesero y continuó: Tenía que encontrar una imagen sencilla para explorar, y alguien se encargó de mostrarme de una manera muy simple y clara que en la dimensión 3D en donde estamos hay tres líneas. Recordé los tres ejes que en las clases de matemáticas resultaron en algún momento complicados de entender, y ahora han servido para ubicar mejor muchas experiencias de vida. El lugar de reunión era una terraza con una vista a un amplio jardín de tonos verdes salpicado de flores. Los rayos del sol iluminaban todavía la tarde y el ambiente era cálido y agradable. Ordenaron café americano y Angelina comenzó a marcar una raya imaginaria sobre el mantel. Este es el eje de las X en donde podemos caminar hacia adelante y hacia atrás. Es posible verlo como un largo camino que se pierde en el horizonte al frente tuyo; te invita a recorrerlo. Así que se empieza a caminar; a veces quieres detenerte, o regresar porque es incierto el destino, pero mirar atrás ya es conocido y con tomar un descanso, se decide continuar.
Sin embargo, he de decirte que para algunos hay tramos muy difíciles, empedrados que los agotan, parajes desolados en esa línea interminable cuya única “salida” es regresar o seguir adelante. “Lurias” la miró con un gesto emocionado al comprender que, si la vida fuera sobre esa perspectiva, tal vez moverse hacia adelante significaría alentar la esperanza, o la Fe de quien camina con la expectativa o la certeza, de encontrar algo valioso a pesar de todo. Angelina lo miró y dijo: Tengo que reconocer que una de tus cualidades es descubrir algo bueno en lo que sucede. Todas las veces que nos reunimos retomas mis pensamientos sobre el caos que se aparece y lo transformas como hacen los magos que engañan a los sentidos con un toque divertido, ojalá que así lo vieran los caminantes en línea recta. Es más, me uno a tu ilusión al agregar en este plano el eje de las Y que es como abrir los brazos para ampliar la alternativa con la visión de poder ir a la izquierda o la derecha. De esta manera se abre el camino y se ensancha.” Lurias” con una chispa de reto en sus ojos , se puso de pie; con los brazos extendidos, y comenzó a balancearse diciendo: Qué tal si en la oportunidad de cambiar el rumbo, por un lado, hay mil destellos; luces que deslumbran, colores atractivos... Abrazó el escenario imaginando la buena vida que representaba.
Luego abrió nuevamente los brazos y dramáticamente dijo: En contraste al otro lado, hay penumbra y en cierto modo obscuridad total. Bajó la cabeza y con un gesto desesperado se abrazó lamentando con dolor el sufrimiento que planteaban las dificultades de todo tipo en esa oscuridad. Angelina observó el vaivén como hipnotizada. El brazo derecho de su amigo, en el supuesto de lo positivo. Su brazo izquierdo, ¿lo negativo? O en más palabras; lo correcto, lo incorrecto, el deber, el deseo, la vida o la muerte. Su vista y su cerebro intercambiaban una sucesión interminable de pensamientos. Repitió en voz baja; Subsisten en interacción permanente en este plano, con la duda constante aún en los momentos calmos; en situaciones turbulentas, pero ambos necesarios y coexisten. La balanza humana se veía en una perfección admirable; Imaginaba el centro con el fiel movible a veces inclinado hacia un lado con el platillo rebosando de promesas; luego con infortunios, triunfos o fracasos... Las manos de Lurias se movían con las palmas hacia a arriba y hacia abajo para determinar el peso y producir un resultado.
De pronto Lurias dejó su actuación, se acomodó en la silla, y muy tranquilo dijo: Sí, definitivamente hay caos, pero de ahí surge el equilibrio mucho más potente que el desorden. ¿Sabes cuál es el punto de reorden? Alzó la voz: Uno mismo. Me atrevo a decir que se ha consignado en todos los libros de sabiduría con significados exactos, “Lo que está, ha sido un éxito”. Se ha dado tal y como debería. Está porque así fue creado. No obstante, en la infinidad de interpretaciones que le corresponde a cada persona asignar, destaca por un lado el vivir de una manera fragmentada, con ideas deformadas por creencias supersticiosas o sesgos mal intencionados que ocultan evidencias encasilladas en la razón de manipular a las masas, con desinformación o sobre narrativas de incertidumbre y amenazas que producen el miedo que paraliza; pone límites a la curiosidad por entender o facilita la comodidad de permanecer en la ignorancia irresponsable como una manera de existir en esta 3D encapsulada.
Sabes que tu poderosa mente si te descuidas, es enemiga. Funciona a la perfección para engañar con tu permiso; al ignorar su cometido para servirte, divaga solitaria y se apena de tu ignorancia; tiene que aparentar sumisión, aunque le pese. Lamenta su desperdicio y se deja existir en el confinamiento redondo, plano, reiterado, agobiante dominada por tu insensibilidad e indiferencia. Angelina tomo un hondo respiro: Cierto, se la trata con menosprecio y tiene ademas que enfrentar quejas, críticas, por decisiones indeseables. La propia persona como su depredador . El hombre lobo del hombre... sin preguntar quien entonces hace la elección de sus acciones.
Lurias habló con calma: Por fin, lo has reconocido. Recordemos las veces que nos quejamos, las críticas inagotables para todo y para todos como justificación de promesas sin cumplir, o temor a confrontar desafíos. Nadie está ahora más que tú y yo, así que sin la presión de aparentar un papel preestablecido podemos ver sinceramente qué o quienes nos han llevado a ciegas por esos dos ejes que has trazado. Si ha sido en la inconsciencia, la guía es la costumbre, el deber ser forzado, normalizar el menor esfuerzo reactivo, que prevalece en una función de mera supervivencia. Competir con los sentidos alerta ante la amenaza del otro, calcular si es presa o puede ser comido…una reacción primitiva que favorece el alimentar una imagen intimidante de acumulación para medir fuerzas y apabullar al débil posiblemente igual que tu, pero que te parece más chico.
No,no,no,no… ya habíamos acordado que estamos fuera de ese cuadrante y nuestra ruta sigue en la espiral de grados ascendentes, nunca en el mismo sitio. Cada día representa una nueva oportunidad si te lo propones. Por lo tanto, completemos con el eje faltante Z, la imagen de una escalera que nos posiciona en el espacio.¿Lo imaginas? Cuéntame que pasaría si en ésta tri dimensionalidad nos vemos en ascenso, sin dejar de ser conscientes del abismo hacia abajo. Como has dicho, de cara hacia adelante, con un punto antecedente, con la cabeza bien puesta, y los ojos alerta para observar hacia un lado y hacia el otro, poniendo los pies en el escalón primero, contemplando el firmamento. Me imagino una esfera que conjuga los tres ejes girando... La mesera se acercó trayendo el café con un aroma delicioso. Acomodó el mantel un poco arrugado y con tono atento preguntó: ¿Les gustaría un pastelillo para acompañar su bebida? Sí, contestaron al mismo tiempo. Después de tanto caminar hacia adelante y atrás, de un lado hacia otro y subir escaleras, se antoja; yo uno de chocolate, y yo uno de vainilla con helado.
La mirada de Angelina brilló con una sonrisa. Frío, caliente; negro y blanco. La dimensión terrena que en un momento se manifiesta en un orden perfecto. Con un fondo elevado hacia el centro. Me gusta la imagen que hemos construido. El cambio de un espacio vacío, oscuro, el caos, que se transforma innumerables veces. Un plan maestro perfecto. Con opción de elegir la aceptación de lo que es. Sin lo optativo del gusto o incapacidad de percibir lo que se crea o se destruye en un grandioso proceso para regenerar la vida en todas sus formas. Particularmente en el ser humano aspirante a conocer las tres, cuatro, o muchas más dimensiones sutiles encubiertas por velos de incredulidad, arrogancia, o desafortunada indiferencia hacia el propósito vital que resplandece en el Todo como el fiel de una balanza siempre justa.
Tomaron sus tazas y las elevaron en un gesto de brindis; respiraron el aroma del café y lo bebieron con calma, en el ambiente apacible de un acuerdo pactado hace mucho, para disfrutar en cada ahora que se dieran la oportunidad de un reencuentro.